Existen pequeños mundos, invisibles por su tamaño, que albergan inquietantes procesos químicos, físicos y biológicos. Para aproximase a ellos el ojo humano puede apoyarse en una prótesis que aumenta el tamaño de las cosas para ser captado por la retina: el microscopio.

El fotógrafo mexicano Raúl González, ha dedicado años de trabajo a investigar esos mundos pequeños, consciente de que una cámara fotográfica adaptada a un microscopio y enriquecida con una iluminación adecuada permiten captar, almacenar y difundir mejor las imágenes de pequeña escala.

El autor busca rescatar la importantísima tradición microscópica que hay en México, entre la que han destacado científicos muy importantes. Pero además, la idea contenida en las fotos de la exposición Microgramas es llevar el microscopio fuera del laboratorio, recorriendo la república mexicana y fotografiando minerales, vegetales y animales vivos. Granos de arena de Bahía de Magdalena, Baja California, aparecen cerca de microorganismos de los esteros de Jalisco, mariposas de los bosques de Michoacán, semillas de la Sierra Gorda de Querétaro o frutos de mercados de la Ciudad de México. Con el microscopio en carretera y con una serie de instrumentos caseros que Raúl González ha construido con materiales comprados en tlapalería, las imágenes se multiplican. Este centenar es apenas una selección de miles de fotografías tomadas desde 2003.

Esta colección tan amplia no podría haberse reunido en tan poco tiempo si no existiera la fotografía digital. Una imagen quedará lista para publicarse solo después de invertir varias horas de trabajo en la postproducción digital, donde se corrige el contraste y se combinan varios planos focales para obtener una representación tridimensional de un objeto microscópico. Más allá del valor científico, la muestra Microgramas tiene una vocación artística. La técnica sirve para acercarse a la naturaleza, pero es el ojo del observador el que puede encontrar en los objetos microscópicos formas y patrones que se repiten, inquietantes triángulos, hexágonos y tetraedros que lo mismo están en un cristal de agua que en las algas marinas o en los tejidos animales.

Antimio Cruz 2007